En Europa, las corbatas de seda comenzaron a popularizarse en el siglo XVII. La seda era un material exótico y costoso en Europa en esa época, y las corbatas de seda eran consideradas un símbolo de estatus.
Los franceses e italianos fueron los principales impulsores de las corbatas de seda, y los diseños y patrones de corbatas comenzaron a volverse más elaborados y complejos.
En el siglo XIX, la Revolución Industrial permitió la producción en masa de corbatas de seda, lo que hizo que fueran más asequibles y accesibles para las masas. La popularidad de las corbatas de seda se extendió por todo el mundo, y se convirtieron en un elemento básico de la moda masculina.
Hoy en día, las corbatas de seda siguen siendo muy populares y están disponibles en una amplia variedad de diseños, colores y patrones.
La seda sigue siendo un material de alta calidad y es valorada por su suavidad, brillo y durabilidad.